Han sido muchos kilómetros y las primeras dudas nos asaltan a todos. La misma pregunta de siempre. Podremos entrar? La respuesta se hace esperar.
Nos encontramos ante un cine teatro, justo en mitad del pueblo. Seguramente que fue el único durante muchísimos años. Creemos que llevaba pocos años abandonado pues el estado en que se encontraba era bastante aceptable.
Decidimos que pasado el mediodía sería una buena hora para entrar, sólo fue necesario un leve empujón en una de las puertas principales, para colarnos en su interior. Como decimos siempre, sin forzar ni romper absolutamente nada. Con un máximo respeto al lugar que visitamos. Tan sólo nos interesa ver, adivinar el pasado que tuvo y plasmarlo con nuestras fotografías.
Sin embargo no es un abandono típico. Al entrar nos depara algunas sorpresas. Seguro que os dais cuenta rápidamente. Sin más, os dejo con LA ÚLTIMA BUTACA. Acomodaros y disfrutad.
Podéis ver las fotos a un tamaño superior clickando directamente sobre ellas.
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Como veis se trata de un cine antiguo. Usado también como teatro. El cine teatro de toda la vida. De los de pueblo. Aquellos cines de antaño que por 25 pesetas te ofrecían dos películas. Cines de Nodo, cines en blanco y negro, cines de intermedios.
Una vez fotografío la gran sala me dispongo a subir a la zona de platea. Aunque…quizás lo más correcto sería decir que subo a la sala de proyección. Una vieja máquina Ossa me da la bienvenida. Pienso en los metros y metros de película que habrán pasado por detrás de la castigada lente. Ese ruido tan característico de los antiguos proyectores parece aún resonar en la pequeña sala.
Es una pena, como siempre… algún pequeño acto vandálico se hace presente ante nuestros ojos. Película fuera de sus bobinas tirada por los suelos. Justo ahí, ante nuestros ojos, parece sobresalir algo. Se trata de la plaqueta de intermedio!!! Una joya rota, quebrada…llena de polvo, de huellas dactilares. Posiblemente las huellas de la persona que manejaba la máquina de proyección.
Ese proyector que tanta vida daba al pueblo, los halos de luz recorriendo decenas de metros. Como por arte de magia, del pequeño fotograma del celuloide a la gran pantalla. Cubriéndola de drama, de alegría, tristeza…de emoción. Muy posiblemente, durante muchos años, era la única distracción de los habitantes de esta pequeña aldea.
He visto alguna vieja postal del lugar. Me imagino la escena perfectamente. Cualquier fin de semana, años cincuenta. El cine prácticamente lleno, se apagan las luces. Empieza el Nodo y alguien, en la última fila, mira hacia arriba y descubre a un grupo de fotógrafos en la sala de proyección fotografiando el pasado, fotografiando el presente.
Espero que os haya gustado.
Juer como te ha quedado fekicidades
Me alegro que te haya gustado Fraile. Un abrazo!!!
por favor me puedes mandar la dirección
estudio fotografía y necesito para un trabajo
Hola Leonel. Como he dicho infinidades de veces. No facilitamos los lugares que fotografiamos.